Acurrucado y exhausto tras la contienda.
Doliente y tembloroso tras arduo ahínco.
Suplicante e implorante ávido de conciencia.
Reclamando sosiego y perseverancia desde la más absoluta opacidad.
Mi pequeño corazón negro,
necesitado de candor y frescura.
De calma y estoicismo con la que afrontar con éxito la batalla.
Suspirando y envidiando en su recoveco.
Ideando la manera de alcanzar la albura.
Mi pequeño implorante corazón negro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No te vayas sin hacerte sentir...