Lucho. Por la necesidad de una respuesta.
Porque repudio la injusticia.
Por la ecuanimidad de la verdad.
Acorralada. Ante la incertidumbre.
Ante el atropello.
Ante la mendacidad.
Lucho. Para sentirme libre.
Para lograr el cénit.
Para sortear la ambigüedad.
Acorralada. Por la sumisión.
Por la decadencia.
Por el equívoco.
Lucho. Por mi vientre.
Por tu mente.
Por sentirme viva.
Es en esos instantes en los que nos sentimos acorralados cuando encontramos las fuerzas para sentirnos vivos.
ResponderEliminarTanta impunidad, tantos atropellos, y tanta soledad.
Lucha, sí.
Besos, Sylvia.
sin embargo, es capicúa, y además empieza en lucha y termina en lucha. Coincido con que la marea es alta, y no nos basta que remar...
ResponderEliminarLucha pues es tu derecho y además te lo mereces todo.
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